¿Un puente hacia la extrema derecha? Acerca de la Antroposofía en tiempos de nacionalsocialismo

¿Un puente hacia la extrema derecha? Acerca de la Antroposofía en tiempos de nacionalsocialismo

16 noviembre 2020 Peter Selg Visto 26147 veces

Conferencia ofrecida en la Carpintería (Schreinerei) del Goetheanum el 9 de noviembre de 2020, como parte del ciclo ‹Los signos del presente›, serie de contribuciones de miembros de la Dirección del Goetheanum del 12 de octubre al 21 de diciembre de 2020.


Este 9 de noviembre es una fecha profundamente grabada en la historia de Alemania. Hoy hace 82 años se produjo la “Noche de los Cristales Rotos”, con atrocidades tremendas que al mismo tiempo fueron el inicio de la mayor catástrofe, la persecución y exterminio de los judíos en Europa durante el nazismo. Fue la noche en la que fueron arrasadas las sinagogas judías y destruidos los comercios y domicilios de ciudadanos judíos. 26.000 personas fueron deportadas a los campos de concentración. Es una fecha en la que nos incumbe hablar de la extrema derecha y del racismo, y de ocuparnos de la constelación “Antroposofía y extrema derecha”. Esta relación fue tema de un artículo publicado el pasado 1 de septiembre, fecha en la que estalló la Segunda Guerra Mundial, en la plataforma online del periódico “Die Zeit”. Un artículo que provocó un verdadero efecto de choque en la comunidad antroposófica.[1]
¿Cuáles son los datos históricos acerca de esta relación y qué significan hoy para nosotros? Lo que puedo ofrecer esta tarde es una visión personal de las cosas, cimentada de todas formas por un amplio estudio de los hechos históricos, de testimonios y biografías individuales.

Voy a empezar esta conferencia con los comentarios de Rudolf Steiner acerca de estas cuestiones candentes. En un segundo paso voy a hablar de cómo los antropósofos comentaron los sucesos de 1933 y cómo se comportaron en aquel periodo de 12 años, hasta 1945. Y la tercera parte de esta conferencia, la voy a dedicar a las acciones y reflexiones necesarias para todos nosotros en el presente y cara al futuro.

Intentaré llevar este tema con calma a pesar de las tendencias inquietantes de la progresiva expansión de fuerzas autoritarias de la extrema derecha, tanto en Alemania como en el resto del mundo. Desde hace años estamos presenciando un giro general a la derecha. Por un lado se han establecido partidos como la AfD en Alemania como fuerzas políticas legítimas, por otro lado aumentan las alegaciones y acusaciones a la Antroposofía; algunas de ellas hacen perder el aliento. Por ejemplo, el año pasado André Sebastiani publicó un libro titulado “Antroposofía. Breves reflexiones críticas.”[2] En este libro de amplia difusión, el autor llega a la conclusión de que la Antroposofía es una concepción del mundo elitista, dogmática, irracional, racista y anti-ilustración. Rudolf Steiner, según el autor, era un racista, y la Antroposofía una ideología que atenta contra la dignidad humana. Teniendo en cuenta que son palabras de una persona que pretende haber estudiado las obras completas de Rudolf Steiner, estas afirmaciones son increíbles. O tomemos el juicio de Helmut Zander de que Rudolf Steiner era co-artífice intelectual de la “tragedia alemana”. Tales acusaciones, contrastadas con los hechos conocidos, son más que aventuradas. Pero son acusaciones que ejercen su efecto y eco en las distintas plataformas del internet.

Rudolf Steiner y los inicios del nacionalismo y antisemitismo

Al estudiar la actitud de Rudolf Steiner frente a las difamaciones e incriminaciones, tenemos que mencionar el primer lugar su “Filosofía de la libertad” con los grandes principios del individualismo ético y del Yo. El individuo es capaz de adquirir un conocimiento de la verdad y de tener en la verdad individualmente comprendida un norte para la acción. Este principio de la autodeterminación da la seguridad de decir No a cualquier tipo de heteronomía o intervención ajena en la libertad propia.

Donde empieza la libertad, ya no tiene importancia la condición de clase, especie o género. Es cierto que nacimos en nuestro entorno social y familiar, es cierto que tenemos hábitos y prejuicios, ya sean adquiridos o condicionados por nuestro carácter, pero el objetivo de la evolución de la humanidad, requiere superar todo lo dado y heredado, en el camino hacia la individualización. Este camino da valor a cada ser humano en su encarnación. Por eso dice Rudolf Steiner que en la evolución futura del ser humano todo lo relacionado con las antiguas razas y comunidades tradicionales perderá progresivamente su importancia. Afirma que estas ya perdieron su importancia en la primera década del siglo XX; y por eso lo peor que podría suceder sería que las viejas estructuras sociales grupales se convirtieran en ideología en el presente. Estos pronunciamientos significan una clara renuncia a cualquier ideología racista.

En el futuro, dice Steiner, el individuo se liberará de la nación en la que nació. El individuo será cosmopolita, las naciones y fronteras nacionales ya no tendrán sentido. Empezará una cooperación global fraternal de la humanidad. En el segundo decenio del siglo XX, Rudolf Steiner pronostica que “en una medida mucho más amplia que nunca, los próximos destinos de la humanidad unirán a los seres humanos en una misión común.” Nuestra realidad actual, con solo considerar el cambio climático global, nos confirma que para esta misión efectivamente es necesaria una cooperación transnacional.

La concepción del organismo social trimembrado de Rudolf Steiner va en la dirección de la superación del Estado nacional y del Estado unitario centralista, a favor de un federalismo horizontal y de una vida cultural autónoma, ya que los elementos del ámbito cultural-espiritual, la educación, el arte, la ciencia y la religión etc. son relevantes para el sistema, y no pueden ser condicionados por el ámbito de la economía o controlados por el Estado. Aun antes de los tiempos de la trimembración social, en tiempos del Estado nacional autoritario, Rudolf Steiner formula la perspectiva de un nuevo orden social. Y al final de la Primera Guerra Mundial presenta la trimembración del organismo social como elemento de un orden social pacífico y como perspectiva para las negociaciones de paz. En estos tiempos, mientras toda Europa celebró a Woodrow Wilson como salvador de los pueblos, Rudolf Steiner fue el crítico más duro de las ideas de Wilson acerca del Estado nacional y de la ideología racista relacionada con ellas. Y Steiner fue el primero en alertar sobre los peligros de tales ideologías políticas, mencionando entre otros los potenciales conflictos étnicos y la problemática de las minorías. La actual investigación científica histórica da la razón a la visión de Rudolf Steiner, aunque lo haga sin citarlo ni mencionarlo, y sin conocerlo.

Hace casi 100 años, el 26 octubre de 1917, Rudolf Steiner dijo en esta sala, que cualquier persona que hoy en día habla de nacionalismo, de razas y de pertenencias comunitarias o tribales, no hace otra cosa que hablar de los impulsos decadentes de la humanidad. 3 años más tarde, también dada en esta sala de la Schreinerei, Rudolf Steiner dice: “En la medida en la que hoy se construyan más y más imperios nacionales en la civilización moderna, surgirán más elementos destructivos.” En septiembre de 1924, en una de sus últimas conferencias, una vez más en esta sala, Steiner comenta: “Es horrible ver cómo hoy las personas se identifican con razas y naciones, y cómo pretenden enterrar cualquier tipo de cosmopolitismo.”

En este contexto, Rudolf Steiner tomó una posición muy clara contra el antisemitismo, por ejemplo en 9 artículos publicados en varias revistas en Berlín, entre 1900 y 1902. [3] Son detalles que no se mencionan en ninguna parte, y menos en los libros de André Sebastiani y otros autores. A los 20 años de edad, en 1880, Rudolf Steiner llama al naciente antisemitismo un “sinsentido barbárico”, y un “escarnio para los logros humanistas de los tiempos modernos.”

Rudolf Steiner vio con claridad y preocupación los comienzos del movimiento del sionismo. Advierte sobre el peligro de los planes de fundar un Estado Israelí y sobre las infinitas situaciones de tensión y violencia que tales planes conllevarían. Su argumento central fue que Europa necesitaba a los judíos y los judíos a Europa, en el sentido de una convivencia de culturas y de una sociedad plural y multicultural. En sus ensayos y artículos, Rudolf Steiner aboga por una mayor inclusión y consideración de pensadores y escritores judíos, y lo hace hasta tal grado que el director de la editorial se dirige a Steiner expresando cierta aversión contra sus textos. En una carta le comunica que la última edición daba la impresión que las publicaciones eran de una “revista para el judaísmo”. Sin embargo Rudolf Steiner no deja de redactar escritos contra el antisemitismo, y escribe por ejemplo sobre “las maquinaciones del odio a los judíos”. En uno de sus textos dice que “da lo mismo si uno es judío o germano”, y habla de una “corrupción en el pensamiento”, producto de “antipatías oscuras” contra los judíos.

Rudolf Steiner fue uno de los primeros críticos de la eugenética y del darwinismo social, que entonces se fundamentó en argumentos de ciencia simplista popular. Sin embargo, la aplicación de leyes genéticas a Estados y pueblos ejercía un fuerte efecto en la conciencia general. Cuando en 1912 se celebró el primer congreso de eugenética en Londres con 700 científicos, el primer crítico fue Rudolf Steiner. En uno de sus artículos advierte: “Ya ha habido algunos impulsos en esta dirección. Mientras sigan siendo solo teóricos, no habrá consecuencias radicales, pero podrán producirse cuando estas ideas entren en la realidad social.” En otra ocasión pronosticó que las ideas eugenéticas, en caso de seguir propagándose en un periodo de 30 años, conducirían a una Europa devastada. Es difícil de entender que quien dijo todas estas cosas, hoy sea objeto de difamaciones y que sea denominado representante de una “ideología que atenta contra la dignidad humana”.

Hay que recordar que las condiciones caóticas de post-guerra y de una Europa afectada en sus cimientos físicos y morales constituyeron el suelo propicio para la difusión de las mencionadas teorías eugenéticas y racistas. Las instituciones y movimientos impulsados por Rudolf Steiner, entre ellos la Pedagogía Waldorf, la Pedagogía Curativa, la medicina antroposófica y la trimembración social, fueron pensados para contrarrestar las fuerzas decadentes en la sociedad.

En lo que se refiere a la convivencia con la comunidad judía, esta fue lo más normal para Rudolf Steiner y los antropósofos. En aquellos tiempos, muchos de los responsables de las Ramas antroposóficas fueron judíos, y fueron respetados por su cultura y sus altas capacidades, y recibieron el agradecimiento por la responsabilidad que tomaron en la Sociedad Antroposófica, tanto en Alemania como en otros países.

Y otro aspecto de cómo Rudolf Steiner afrontó los desarrollos de entonces: Rudolf Steiner percibió muy pronto el naciente socialismo nacional, y muy pronto él fue percibido por el socialismo nacional. “El nuevo modelo de la trimembración social de Rudolf Steiner es un peligro para la existencia del Estado alemán, y es un deber oponerse a ella”, se pudo leer en el Süddeutsche Zeitung. Otro periódico habló de “traición a la dignidad nacional germana.“ Adolf Hitler escribió en 1921 en el „Völkischen Beobachter“ sobre “los seguidores de la trimembración del organismo social” como seguidores de “métodos judíos para la destrucción del estado mental normal de los pueblos”.

A finales del año 1921 el nombre de Rudolf Steiner aparece en un listado de personas ingratas para los nacionalsocialistas. En mayo de 1922 se produjo un primer intento de atentado contra él. El New York Times escribió sobre los sucesos y las acciones de “organized reactionaries, nationalists and anti-semitics”. En una atmósfera de odio, Rudolf Steiner se ve obligado a abandonar Alemania. Sería muy importante que estos hechos fueran públicamente conocidos, de hecho hay muchos más de lo que yo pueda mencionar en esta ocasión.

El periodo de 1933 a 1945

Un salto al periodo de 1933 a 1945. Voy a empezar con Ita Wegman, compañera en el camino de Rudolf Steiner, en los campos de medicina y de la pedagogía curativa y terapia social. Ella conoció de muy cerca las preocupaciones de Steiner respecto a la eugenética, el racismo y la bio-política nacional. En mayo de 1931, Ita Wegman escribe una carta al maestro Waldorf judío, Ernst Lehrs, en la que menciona el adoctrinamiento de los jóvenes con ideología nazista y la enorme envergadura de la seducción política. Habla de un “ciego nazismo“ y de la necesidad de ayudar a los judíos que se encontraban cada vez más aislados y excluidos, y propone enseñar la trimembración social también en las escuelas Waldorf para satisfacer el interés político de los jóvenes. Sabiendo que la trimembración social no estaba prevista como contenido didáctico en el plan de estudios Waldorf y que la intención no era enseñar Antroposofía en las escuelas Waldorf, la propuesta de Ita Wegman tiene un carácter urgente y de último recurso.

En una carta de marzo de 1933 a una colega médica insistió en la necesidad de que los médicos antroposóficos hicieran lo posible para proteger a los niños judíos y los niños con necesidad de cuidados especiales, y propone llevarlos fuera de Alemania. La carta concluye con la pregunta: “¿Cómo tiene que ser nuestro comportamiento?”. Y esta es una pregunta que nos podemos plantear hoy, si queremos que la Antroposofía sea más que algo que se estudia en privado.

Me hubiera gustado ver publicada alguna de las cartas de Ita Wegman en la plataforma online de “Die Zeit”. Ita Wegman bien habría merecido alguna forma de reconocimiento.

A partir de 1934, Heinrich Himmler y Reinhard Heidrich determinaron la prohibición de la Sociedad Antroposófica General. Yo siempre me pregunté cómo podían dar tanto peso a una Sociedad Antroposófica en Alemania que entonces no contaba con más de 7.000 miembros. El decreto fue firmando por Reinhard Heidrich, jefe de la Oficina Central de Seguridad del Reich, arquitecto principal del exterminio de los judíos. En el decreto se menciona las escuelas Waldorf, y su intención de educar el individuo, no el ideal del hombre germano normalizado – una intención incompatible con los ideales educativos del nacionalsocialismo. En el periodo de 1933 a 1945 se podrían mencionar muchos decretos y documentos adicionales en los que se expresa la preocupación por el gran peligro que suponía el movimiento antroposófico y la Pedagogía Waldorf para los objetivos del Estado nacional.

¿Dónde se presentan estos hechos históricos en “Die Zeit Online”? Para no hablar de los numerosos artículos anteriores sobre la Pedagogía Waldorf, por ejemplo, con ocasión del 100 aniversario el año pasado, en los que se reconocen los logros de la Pedagogía Waldorf, pero advirtiendo del racismo y antisemitismo de Rudolf Steiner.

Sale la pregunta de por qué en 1933 no se cerraron todas las escuelas Waldorf de golpe. Esto tiene que ver con la retórica de adaptación y asimilación de las distintas escuelas, con la que se intentó sobrevivir de alguna manera. También desde el Goetheanum se enviaron cartas a Berlín, en las que no se explicó lo que acabo de mencionar aquí, sino que se intentó convencer por ejemplo con la imagen de Rudolf Steiner como defensor y representante de la cultura germana. La Sociedad Antroposófica en Alemania consideró seriamente una autodisolución, y al final se convenció de seguir adelante por la causa común y en apoyo del Goetheanum en Suiza.

Por otro lado hubo protectores de la Pedagogía Waldorf en el lado de la élite nacionalsocialista. Alfred Bäumler, docente de pedagogía política, constata en sus informes y evaluaciones que Steiner usa el concepto de la raza en el sentido de razas de la humanidad, no del pueblo, un concepto que va en contra de la teoría oficial basada en las diferencias biológicas entre las razas. Pese a todo ello, Bäumler siguió interesado en cómo la Pedagogía Waldorf conseguía producir alumnos que entre otras cosas destacaban por su salud y vitalidad, y su habilidad y seguridad en el arte de dicción y discurso. Sin embargo, dentro de su evaluación positiva llegó a la conclusión oficial de que había que introducir el concepto “correcto” de las razas y hacer cambios en la enseñanza de la historia.

Otro personaje de las SS[4] fue Otto Ohlendorf. Un elemento principal en su hoja de ruta fue sacar lo mejor de la Pedagogía Waldorf, de la medicina antroposófica y de la agricultura biodinámica para el sistema nacionalsocialista, es decir, sacar utilidad de los logros del movimiento antroposófico y de la ciencia antroposófica, pero sin Antroposofía. Su estrategia incluía encontrar antropósofos colaboradores para los intereses del Estado. Ahí se entra en una peligrosa zona gris. Dentro de esta zona, Elisabeth Klein, responsable de la escuela Waldorf de Dresde, ocupa un lugar especial. Consiguió que la escuela no tuviera que cerrar hasta el año 1941, sin ningún tipo de concesiones en el plan de estudios. Elisabeth Klein y otros maestros Waldorf dejaron consternados a los inspectores oficiales cuando en su presencia siguieron con la enseñanza Waldorf como si la ideología nacionalsocialista no existiera. Esto fue posible por el proteccionismo de Bäumler y otros.

Es asombroso ver cómo algunas clínicas antroposóficas e instituciones de Pedagogía Curativa y Terapia social desarrollaron estrategias para sobrevivir, y cómo consiguieron que los niños con necesidad de cuidado especial siguieran protegidos y que no fueran recogidos por las autoridades. Y cuando había peligro de que fueran recogidos o deportados, los cuidadores escaparon junto con ellos. Las convicciones ético-espirituales que inspiraron a las personas tales actitudes y acciones se nutrieron en gran medida en la Antroposofía. El Yo de la otra persona, por discapacitada que ésta sea en lo físico o mental, no pierde su valor, dignidad y existencia indestructible a lo largo de las encarnaciones.

Reflexiones sobre nuestra actitud en el presente

En un 9 de noviembre también hay que plantear la pregunta de si, en su compromiso para una nueva sociedad, los representantes de la Antroposofía han hecho lo suficiente frente a la tarea de proteger a otros, y si han emprendido el camino de Ita Wegman de poner las ideas humanistas antroposóficas en práctica humana y humanitaria.

La Antroposofía puede ser mero contenido intelectual o ejercer un efecto transformador en la persona que la acoge en su alma. Es de suponer que entre los antropósofos de aquella época había algunos que siguieron la ideología conservadora o incluso antisemitas. Ita Wegman habla del idealismo y de la gran fuerza sugestiva ejercida por el nacionalsocialismo en sus primeros comienzos, de una sugestión a la que también sucumbieron algunos antropósofos. Otros se retiraron de la realidad política e histórica dentro de lo posible o resistieron como pudieron a la presión de afiliarse al partido nacionalsocialista. Por otro lado, hoy podemos preguntarnos todavía por qué no hay biografías críticas sobre antropósofos como el médico Hans Rascher, que cooperó con el servicio de seguridad de las SS. O tomemos los textos en los que se menciona con cierta lealtad a Otto Ohlendorf como protector del movimiento antroposófico pero en los que queda sin mencionar la dimensión de sus crímenes contra la humanidad.

Por otro lado es necesario examinar nuestra actitud ante las actuales y modernas estrategias y políticas de información y publicación, que Reiner Mausfeld[5] describe como “gestión de la opinión e indignación pública por parte de los medios de comunicación” y “manipulación arbitraria de la atención y las emociones”. Las acusaciones a Rudolf Steiner como antisemita y racista siguen exactamente el patrón de tal gestión de la opinión pública, con sus técnicas particulares de fragmentar y descontextualizar los hechos, sacándolos de su contexto integral. De este modo se produce lo que Reiner Mausfeld llama la “ilusión de estar informado”, una ilusión creada con contenidos popularizados que, siendo repetidos una y otra vez, ejercen su efecto en la opinión pública. Para mí, las publicaciones de Helmut Zander cuentan entre las que generan esta “ilusión de estar informado”.

¿Qué intención hay detrás de todo ello? La Antroposofía es un movimiento para la emancipación y autonomía individual. Y esto es algo que provoca una actitud reacia a reconocer el potencial de tal transformación. La Antroposofía muestra nuevos caminos en la medicina, agricultura y en todos los ámbitos sociales, y sería muy importante entrar en un debate social sobre estas posibilidades. Sin embargo al estigmatizar la Antroposofía con los adjetivos de antisemita y racista, se elude la incomodidad que tal debate podría exigir, de cambiar los viejos hábitos de pensamiento. Es nuestra tarea, como representantes de la Antroposofía, y como personas que reconocen el valor de lo que nos ha dado Rudolf Steiner, llevar estos temas al público, no de forma populista, sino en el espíritu de la causa en sí.

El 9 de noviembre empezaron los tiempos del holocausto, entre las víctimas del cual también se encuentran muchos antropósofos judíos. Si tan solo tomamos la Sociedad Antroposófica en Praga, vemos que 70 de sus miembros fueron deportados al campo de concentración de Theresienstadt. Por uno de los sobrevivientes sabemos que aparte de la Biblia, todos llevaron consigo un libro de Rudolf Steiner. En Theresienstadt se instaló un movimiento clandestino, con reuniones de miembros todos los martes y viernes. Entre ellos Victor Frankl y Richard Pollak, pintor en el Primer Goetheanum, que dio más de 100 conferencias en Theresienstadt. Murió en Auschwitz, su mujer murió en Bergen-Belsen. Hasta el final mantuvieron vivo el impulso del “Habla también tú, sé el último en hablar, di tu sentencia. Habla. Más no separes el No del Sí.” [6] Hasta el final intentaron actuar en este espíritu.


Video de la conferencia en alemán.

Traducción y resumen por Michael Kranawetvogl.

Notas del traductor:

[1] Véase la réplica de Peter Selg en una carta abierta a la redacción de “Die Zeit”, publicada en Das Goetheanum, 38-2020
[2] André Sebastiani , Anthroposophie: Eine kurze Kritik. Alibri Verlag, Aschaffenburg 2019
[3]Véase también los ensayos de Rudolf Steiner en: GA 31, Gesammelte Aufsätze zur Kultur- und Zeitgeschichte 1887–1901, 700 páginas, (Recopilación de ensayos sobre historia de la cultura y de la época. 1887-1901)
[4] SS, sigla de las Schutzstaffel (“Escuadras de Protección”), organización militar, policial al servicio del Partido Nacionalsocialista en la Alemania nazi.
[5] Reiner Mausfeld, profesor de psicología alemán. Publicaciones sobre la “democracia elitista y el neoliberalismo” y sobre las técnicas de manipulación en los medios de comunicación y en la política.
[6] Poema de Paul Celan, “Sprich auch du”.

Peter Selg, nacido en 1963 en Alemania, dirige el Ita Wegman Institut para Investigaciones Antroposóficas de Arlesheim (CH), es miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Antroposófica en Suiza, y desde abril de 2020 miembro de la Junta Directiva de la Sección Antroposófica General en el Goetheanum. Docente de Antropología y Ética Médica en la Universidad de Witten-Herdecke (DE) y en la Alanus-Hochschule für Kunst und Gesellschaft, Alfter (DE).