Humanismo judío
En la serie «Aportaciones al humanismo judío» de la Sección Antroposófica General, las últimas aportaciones fueron sobre Primo Levi, Simone Weil, Hannah Arendt y Hans Jonas.
El judío Primo Levi fue deportado de Italia a Auschwitz en febrero de 1944 y sobrevivió al campo de concentración de Monowitz-Buna (PL). La judía Simone Weil se refugió con sus padres al sur de Francia en mayo de 1940, cuando la Wehrmacht alemana invadía París (FR). Participó en actividades de la Resistencia en Marsella (FR), emigró con sus padres a Nueva York (US) en 1942, pero luego regresó al Reino Unido para seguir trabajando para la Resistencia francesa. La judía Hannah Arendt fue detenida por la Gestapo en Berlín (DE) en 1933, pero fue milagrosamente puesta en libertad y pudo huir a París. En 1940 fue encarcelada en el campo de concentración de Gurs, escapó y pudo llegar a Nueva York con su marido y su madre en 1941. El judío Hans Jonas, amigo de estudios de Hannah Arendt, emigró a Gran Bretaña en 1933 y de allí a Palestina en 1935; participó en la defensa militar del país y a partir de 1944 en la «Brigada Judía» como parte del ejército británico contra Alemania; en 1948 se trasladó de Israel a Canadá y Estados Unidos.
Asumir lo sucedido en la vida
La familia de Primo Levi había vivido en Turín (IT) durante muchos siglos; y fue en Turín, en Corso Re Umberto 75, donde Primo Levi volvió a vivir después de regresar de Auschwitz; vivió y murió en la casa de su infancia. La familia de Simone Weil estaba vinculada a París, aunque sus padres y abuelos procedían de Europa del Este y Alsacia. Sin embargo, Simone Weil no pudo volver a París, aunque le hubiera gustado trabajar allí, en primera línea de la Résistance. Su camino terminó en Kent (GB) en el verano de 1943, con la mirada interior dirigida a Francia.
Hannah Arendt y Hans Jonas se quedaron en Norteamérica. Hannah Arendt y Simone Weil podrían haber coincidido en Nueva York en el verano y el otoño de 1942, hasta que Simone Weil volvió a cruzar el Atlántico para llegar al menos a Inglaterra.
Primo Levi vivió el sistema alemán de campos de concentración desde dentro; sus recuerdos y reflexiones sobre los campos, que empezó a escribir inmediatamente después de su liberación, pertenecen a la literatura universal. Sus percepciones, análisis y pensamientos desde el sufrimiento directo, personal y existencial, fueron de los más importantes, y los primeros de su índole. Pocos supervivientes estaban en condiciones de describir y asumir como él lo que les sucedió a ellos -y al ser humano como tal- en los campos de concentración alemanes.
Simone Weil analizó a su manera la traumatización y el desarraigo abismales del ser humano moderno, la situación dramática de la civilización y de lo humano en ella.
Después de 1945, Hannah Arendt publicó cautivadores análisis del totalitarismo y sus causantes, y Hans Jonas desarrolló una filosofía de resistencia y responsabilidad.
Relación con el judaísmo
Las relaciones de Primo Levi, Simone Weil, Hannah Arendt y Hans Jonas con el judaísmo, con su historia y su cultura, su autocomprensión y su espiritualidad, también con el sionismo y el Estado de Israel, fueron divergentes, incluyendo el gran distanciamiento de Simone Weil. Sin embargo, el propio filósofo francés Gabriel Marcel la calificó de «hija de Sión», en vista de su talento extraordinario para la palabra y la escritura, el pensamiento, la conciencia y la espiritualidad.
Lo que une a Primo Levi, Simone Weil, Hannah Arendt y Hans Jonas es su destino de huida y deportación como miembros de un pueblo perseguido y amenazado de aniquilación, pero más allá de ello, sobre todo su capacidad de abrir camino para profundas reflexiones sobre el ser humano y la condición humana, su pensamiento vivo y activo, que en parte también fue sufrimiento filosófico ante el mundo y la humanidad, un pensamiento que en medio del abismal siglo XX enseñó cómo percibir la luz en las tinieblas.
Ámbito de trabajo de la Sección
Sus aportaciones al «humanismo judío» (Martin Buber) formaron parte recientemente de un ciclo de conferencias de la Sección Antroposófica General de la Escuela Superior Libre para la Ciencia del Espíritu en el Goetheanum.[1]
Forma parte de la tarea de la Escuela Superior hacer una lectura cada vez más profunda de los signos del siglo XX, en la confrontación con las fuerzas del mal, pero también con el esfuerzo de percibir la luz espiritual. La época en la que Rudolf Steiner desarrolló su ciencia espiritual antroposófica es también la época de los acontecimientos y las reflexiones de los autores del segundo volumen de publicaciones de la Sección Antroposófica General, titulado ‹Resistencia y Responsabilidad. Primo Levi, Simone Weil, Hannah Arendt, Hans Jonas›. Como es bien sabido, Rudolf Steiner murió en 1925 y no fue testigo contemporáneo del sistema nazi, a pesar de que advirtió incansablemente de los peligros totalitarios del siglo XX y describió con extraordinaria claridad y clarividencia los desarrollos y las fuerzas motrices.
Existen profundas relaciones entre la antropología antroposófica y los planteamientos y concepciones de las voces judías mencionadas, relaciones cuyo desarrollo ulterior es tarea de la Escuela Superior y será fructífero para ella. «Pensar en sucesos y asuntos del pasado significa para el ser humano entrar en la dimensión de la profundidad, echar raíces o estabilizarse para no dejarse arrastrar por todo tipo de cosas, ya sea el espíritu de la época, la historia o simplemente la tentación.»[2]
Notas
1 Véase Recordings. Véase también: Peter Selg/Constanza Kaliks: Die Gegenwart des Anderen. Über Martin Buber und Franz Rosenzweig, 2022; Constanza Kaliks/Peter Selg/Udi Levy/Iftach Ben Aharon: Anthroposophie, Judentum und Antisemitismus, 2023
2 Hannah Arendt: Über das Böse (En torno a mal), editorial München 42010, página 77.