La imaginación de Europa: Europa significa encuentro

La imaginación de Europa: Europa significa encuentro

25 septiembre 2019 Jonas Lismont Visto 1078 veces

En el décimo congreso ‹El Alma de Europa›, celebrada del 23 al 25 de agosto de 2019 en el corazón de la capital política de Europa, Bruselas (BE), los participantes pudieron visitar las instituciones europeas y experimentar la atmósfera del Barrio Europeo.


En este contexto, y gracias a las inspiradoras contribuciones y debates, se logró una nueva comprensión de la idea de Europa: ¿Por qué tenemos tan grandes expectativas con respecto a Europa? Al intentar captar la idea de Europa, uno entra forzosamente en contradicciones: Europa es un continente dividido en Oriente y Occidente; sin embargo, la idea de Europa no puede definirse geográficamente: Aunque las fronteras en Occidente sean claras, son indefinidas en el lado de Oriente.

Imágenes contradictorias

Europa es patria de muchas cosas, y de muchos ciudadanos, pero ¿hoy en día, no es acaso parte de la realidad humana, el no tener patria u hogar? ¿Podría considerarse a Europa como hogar de personas sin hogar? Por otra parte, muchos podrían tener la expectativa de que, en la competencia mundial, Europa se distinguiera como potencia política o económica. Sin embargo podemos intuir perfectamente que la cuestión del poder no tiene mucho que ver con la identidad de Europa.

Nuestras ideas sobre este continente son, por tanto, contradictorias. ¿Es esta tensión quizás un primer aspecto de la identidad europea? Porque cada contradicción incluye el potencial de abrir un espacio cuya identidad o sustancia no se alimenta de dicotomías generalmente válidas, sino del momento, de un encuentro que es único y se produce en una situación concreta. En este espacio, lo decisivo no es la verdad abstracta, tampoco lo son la eficiencia ni la utilidad, sino sólo el encuentro de seres libres que juntos forman la sustancia social. Este espacio es frágil, pero estamos muy necesitados de él: a nivel individual, las personas quieren ser entendidas y reconocidas como individuos y apoyar a los demás. Si se ven inhibidos en esta necesidad, intentan satisfacerla de otra manera, por ejemplo a través del nacionalismo y el extremismo.

Un reto

En todo el mundo se acumulan los intereses contrapuestos y tensiones. Las graves crisis económicas, políticas y militares amenazan con arrastrar al mundo al abismo. Esta situación grave no será resuelta por medio del poder ni por ideologías, sino por espacios abiertos de encuentro. ¿tiene Europa algo que decir en este sentido? Muchas personas miran a Europa con esta pregunta en mente.

Crear espacios para que Europa pueda encontrarse a sí misma, desde Ekaterimburgo (donde tendrá lugar el congreso ‹El Alma de Europa› del 9 al 12 de julio de 2020) hasta Bruselas, significa aprender a tomar en serio a los demás dondequiera que vivan o trabajen, ya sea en instituciones antroposóficas o de la UE. Porque en tal tipo de encuentro sincero, ambas partes pueden salir más libres. Europa puede hacerse más europea, y quizás podrá hacer una contribución modesta pero fundamental para todo el mundo.


Jonas Lismont dirigió junto con Louis Defèche el grupo de trabajo ‹Imaginaciones acerca de Europa› durante el congreso ‹El Alma de Europa› celebrado en Bruselas. Ambos también son activos en la comunicación en el Goetheanum.

Web
www.soulofeurope2019.eu

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www.soulofeurope.net